En esencia, un contrato inteligente se refiere a cualquier tipo de contrato entre dos o más partes, que es capaz de hacerse cumplir por sí mismo y ejecutarse de una manera automática y autónoma. Lo curioso es que en este caso pueden ser tanto personas como máquinas las partes involucradas.
Los contratos inteligentes están escritos bajo códigos de programación en donde gracias a programas informáticos, los mismos ejecutan los términos de un contrato de manera automática. En la programación del contrato se pueden definir las reglas y cláusulas del mismo, pero a diferencia de un contrato legal tradicional, se pueden tomar las medidas que se requieran y las reglas del contrato, todo esto sin la intervención humana de por medio.
Para la Propiedad Intelectual, los contratos se pueden utilizar para cumplir los acuerdos como licencias, pagos en tiempo real a los propietarios de los derechos y la protección de los mismos mediante la codificación en forma digital, ya sea para música, textos o imágenes.
Las aplicaciones de la tecnología Blockchain para la Propiedad Intelectual son incontables, desde la transparencia de las transacciones, exactitud y calidad de los datos, fiabilidad, seguridad contra el fraude y cibercrimen, velocidad y el costo de las transacciones al eliminar intermediarios. Un ejemplo de este caso ha sido Kodak que ha facilitado a sus fotógrafos que registren sus imágenes, tanto nuevas como antiguas a través de su plataforma cifrada, en la que se protegen los derechos de autor y que también rastrea su uso indebido como plagio y alteraciones en el internet.
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